Dueña de mis labios tiernos,
dulces eran sus besos,
aun recuerdo su forma de amar,
sus caricias, su forma de besar.
Fui marino en su piel,
navegante errante,
prisionero de su cascada
de húmedos besos,
seguiré vagando errante
en mis pensamientos,
recuerdo de la ilusión
que ella dejó en mi corazón.
Sin ninguna razón
ella me hizo esclavo de su amor,
de sus besos y sus caricias,
y sin saber la razón...
ha dejado en mi su pasión,
su recuerdo grabado en mi mente,
y su fragancia a mi alrededor.
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