Los besos nacen solitarios,
ya no tengo a quién dárselos,
se marcharon tus labios.
Abro los ojos buscando los tuyos
cuándo miro hacia el lado en cama
pero tus ojos ya no están.
Cuándo en la tristeza
busco una palabra de consuelo
que emane de tu boca,
ésta ya no aparece.
Por mucho que pase el tiempo,
sigo recordando tu perfume,
en mi cajón de recuerdos
todavía está guardada tu sonrisa,
el sonido de tu voz,
esos besos y mordiscos
que me hacían estremecer,
tus ojos llenos de viveza
como el celeste cielo
que me perdían,
la suavidad de tu piel
rozando con la mía
haciendo una conexión eléctrica.
Tantos recuerdos que tengo,
tanto que hemos vivido
y ya nada de eso puedo tener.
Desde siempre te había buscado
y ya te había encontrado,
pensando que aunque acabase el mundo
seguiría al lado tuyo.
Mi princesa inmortal,
mientras vivas en mi recuerdo
nada te sacará de mi corazón,
porque aún con el tiempo
te sigo amando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario