Ya no sabía el tiempo que había estado de esta forma, solo transcurría sin tener noción de él; entraban y salían de la habitación, todos salvo quién yo quería tener a mi lado en ese momento. Esa noche volvió a visitarme.
-Te estaba extrañando enana.
-A ver si vuelves pronto.
-Esperaba haberte visto antes, pero no te dignaste ni a aparecer y ahora quieres que vuelva... eres idiota, quizá ahora no quiera volver.
Al decir las últimas palabras recuerdo que me dió un tortazo que no se me olvidará. Pero también hicimos algo que ella no podrá recordar... La besé como si fuese el último, aunque no fue un beso como otro cualquiera, este se sintió mucho, se sintió, y ella fue desapareciendo al mismo tiempo que todo se quedaba oscuro y noté algo pesado, todo era díficil ahora, y abrí los ojos, estaba en la misma habitación, solo que ahora de forma corpórea. Allí solo estaba él, ni rastro de ella.... ¿Por qué no estaba?
-Eh buenas noches chaval, al fin despiertas.
-¿Dónde está ella?
-No está aquí pero se ha preocupado mucho por ti.
-Ammm, vaya... me apetece chocolate blanco, ¿podrías traerme?
¿Chocolate blanco? ¿Era yo quién decía eso? Llevaba muchos años sin comer chocolate y me revolvía el estómago pero por algo lo pedía, él se percató de esta rareza y me observó con suspicacia pero no dijo nada y fue a buscarmelo. Quedé medio dormido y cuando regresó con el chocolate me preguntó a qué se debía.
-No lo sé, solo sé que me apetece...
Y con el primer mordisco recordé sus labios, ese beso, el beso que ella no podrá recordar...
Relatos exquisitos...supongo que habrás sentido mucho al escribirlos..te felicito y te animo a que NO DEJES DE FOMENTAR TU CAPACIDAD.
ResponderEliminarFDO. un seguidor de tu trabajo.